El arte de ligar se reinventa. Pese al boom del cortejo virtual, agencias matrimoniales gallegas aseguran que resisten sin problemas ya que no ofrecen los mismos servicios. Los responsables de estas empresas aseguran que estos métodos online sirven para conocer gente, pero no para lograr una relación estable. Puedes conocer a alguien, pero es una persona anónima, que igual no tiene nada que ver con lo que ha dicho en su perfil.
Ellos se pateaban de noche las corredoiras para bailotear en las verbenas. También en la década de los 90, antes de la masificación de las nuevas tecnologías, imperaba el misterio. El amor quedaba en manos del acaso, sin móviles ni chateos en la madrugada. Pero los tiempos cambian, vivimos en la era del lobo yermo. Se libran de las perversas Lunas de hiel de Polanski.
Iloveforever es una agencia matrimonial por internet. Esta es la definición que le gusta dar a Juan Antonio, individuo de sus creadores. Sin embargo, su trabajo consiste en poner en ósculo a toda persona que se quiera dar a conocer en su web. De momento y hasta que se consolide, el registro es gratuito y sólo requiere de una dirección de correo electrónico y una fotografía, eso sí, auténtica. Las relaciones personales evolucionan y el acceso a las nuevas tecnologías juega su papel en esta revolución. Restricciones Aunque la idea nació entre copas, los dos socios que conforman esta entidad -Juan Antonio e Ismael- tienen las ideas claras y saben lo que buscan: su trabajo es dar a conocer a sus usuarios, pero con limitaciones. Diariamente dedican dos horas de trabajo para actuar el seguimiento de su web.
Daughter las agencias matrimoniales. Esto puede afluir en frustración cuando se da el paso para seguir conociéndose en la realidad. Pero hay que pagar un precio. Asegura que el hecho de pagar es lo que hace así que la gente que participa quiera relaciones serias y no perder el tiempo, como supuestamente se hace en internet. En contraposición, la agencia Lazos establece un precio en torno a los euros que dura para toda la vida. No al matrimonio, sí a la compañía Pese a llamarse agencia matrimonial, no todos quieren gastar el vestido de novia o el chaqué, y en ello influye abundante la edad. Sin embargo, la generalidad de los clientes oscilan entre los 30 y 50 años. Para los que buscan el matrimonio, ninguna administración promete la unión.
